Benimussa

—Le comprendo perfectamente. También a mí me gustan así. Y Formentera esta mañana era una verdadera gozada.
 —Esa isla es un paraíso. Y esta también tiene todavía sus rincones, no se crea, ¿ha estado usted por Benimussa, en el interior?
 —Entre ayer y hoy, del aeropuerto a la compañía y poco más.
 —No deje de ir. Verá usted hasta rebaños de cabras, en medio de una naturaleza maravillosa. Los árabes sabían vivir, antes de que los echáramos y les pusiéramos los nombres de nuestros santos y nuestros arcángeles a todos los pueblos de la isla. Apenas quedó ese.

(Lorenzo Silva, El mal de Corcira)